Mejorar el arroz para luchar contra el hambre


Foto. EFE
Base de la alimentación humana, de este cereal depende la vida diaria en millones de hogares, por lo que el mantenimiento de su producción y el desarrollo de nuevas investigaciones que completen o mejoren sus múltiples variedades, resulta fundamental para mitigar las hambrunas.

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El Instituto Internacional de Investigación del Arroz (IRRI) ha logrado, por su investigación en torno al arroz, el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Cooperación al Desarrollo.
Este organismo ha conseguido nuevas variedades de esta gramínea adaptadas a las diferentes zonas de cultivo en Asia, lo que ha aumentado su eficiencia y sostenibilidad en numerosos climas.

El IRRI es una organización sin ánimo de lucro con sede en Filipinas que ha contribuido a paliar el hambre y la pobreza en Asia y que, desde hace unos años, trabaja también en el África subsahariana.

El Príncipe Carlos de Inglaterra, en 2009, expresaba la importancia de hablar a los vegetales para que se desarrollaran mejor. Pero en el día a día de los científicos e investigadores cuenta la dedicación, el esfuerzo y el trabajo, como los que vienen desarrollando desde el Instituto Internacional de la Investigación del Arroz (IRRI) y que les han hecho merecedores del Premio Fundación VVBA Fronteras del Conocimiento de 2010, en la categoría de Cooperación al Desarrollo, por la “reducción de la pobreza y el hambre en el mundo a través de la investigación del arroz y la capacitación de sus agricultores”.

Se cree que los cultivos de arroz se iniciaron hace más de 6500 años, y que se desarrollaron a la vez en varios países, aunque los primeros aparecen en China, según datos aportados desde el organismo de la Conferencia de las Naciones Unidas Sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).

Esta gramínea crece con mayor facilidad en los climas tropicales, aunque originariamente era una planta cultivada en seco, pero que con las mutaciones se convirtió en semiacuática. Aunque puede crecer en medios bastante heterogéneos, lo hará más rápidamente y con mayor vigor en un medio caliente y húmedo, según confirma este organismo internacional.

NECESIDAD DE AUMENTAR LA PRODUCCIÓN.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en el mundo existen 151 millones de hectáreas dedicadas al cultivo del arroz, de las cuales 132 millones están en Asia, y 8 en África. Se estima también que sería necesario un aumento del 70 por ciento en la producción para cubrir las necesidades del mundo en las próximas dos décadas.

En este campo es en el que se ha centrado el IRRI desarrollado nuevas variedades de arroz más productivo, más resistente a las enfermedades y con menos necesidad de agua quienes, además, los han puesto a libre disposición de los agricultores en las zonas donde han trabajado , consiguiendo la difusión y adopción efectiva de sus innovaciones, con el consiguiente incremento de la producción de este alimento básico.

El IRRI tiene su sede central en Los Baños, Filipinas y fue creado en 1960 con el apoyo de la Fundación Rockefeller, la Fundación Ford y el Gobierno de Filipinas. Es un centro de investigación y formación agraria sin ánimo de lucro que tiene por objetivo mejorar las condiciones de vida de las poblaciones que dependen del arroz.

Este Instituto ha establecido también el mayor banco de variedades de esta planta, el International Rice Genebank, con cien mil variedades cultivadas y salvajes de la gramínea, actuando de este modo como un seguro contra la pérdida de biodiversidad.

MÁS DE TRES MILLONES EN PREMIOS.

El jurado del Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento le ha concedido el galardón en la categoría de Cooperación al Desarrollo, que lleva una dotación de 400.000 euros, porque ha considerado que “el IRRI ha logrado mejorar las condiciones alimentarias de las poblaciones de los países menos desarrollados y su base agrícola, facilitando su despegue económico. Por todo ello, el IRRI constituye un claro ejemplo de impulso y aplicación de la investigación científica al servicio del desarrollo”.

Actualmente, además, los trabajos del IRRI tratan de encontrar caminos para reducir el uso de pesticidas y el impacto medioambiental asociados al cultivo de arroz en épocas anteriores.

Los Premios Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento fueron creados en 2008 y reconocen la investigación y la creación de excelencia. Sus ocho categorías reflejan los principales retos científicos, tecnológicos, sociales y económicos del presente.

En ésta, su tercera edición, y con una dotación total de 3,2 millones de euros, también resultaron galardonados además del IRRI: Nicholas Stern, en la categoría de Cambio Climático; Shinya Yamanaka, en la de Biomedicina; Donald E. Knuth, en Tecnologías de la Información y la Comunicación; Gabor A. Somorjai, en la categoría de Ciencias Básicas; Edward O. Wilson, en la modalidad de Ecología y Biología de la Conservación; Lars Peter Hansen, en Economía, Finanzas y Gestión de Empresas y Helmut Lachenmann, en Música Contemporánea.

Por José Méndez Rosa.
EFE.

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